Y, ¿qué más podemos decir del amor?
El amor es una droga que, al igual que te convierte en la persona más feliz del mundo, te va destruyendo internamente, poco a poco.
Provoca una serie de efectos secundarios: Hace que las noches sean más largas, frías y oscuras, que tu felicidad no solo dependa de ti, que tus pensamientos (tanto consciente como subconscientemente) se centren en una persona... Y, entre todos estos efectos (y muchos más que podrían ser mencionados), podemos destacar el miedo a perder algo que ni siquiera posees. Ese miedo irracional a que él desaparezca de mi vida, cuando yo apenas formo parte de la suya.
Y es que, al estar con él, tengo miedo a parpadear, a despertar y que desaparezca en un sueño que se esfuma con el sonido de la alarma por la mañana.
Tengo miedo a perderle.
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